Detrás de todo vinculo de poder, detrás de cada alianza, pacto de no violencia o inclusive en las más altas esferas de la aristocracia peronista; todo se celebra con una choriceada, todo esto se mantiene con choripanes.
Sin chorizos el peronismo no podría haber existido, así Wilma Ripoll declara que: "esos negros de mierda arruinaron a mi viejo" o como diría alguna vez Mauricio Macri "En las reuniones ejecutivas no hay chorizo junto al estofado".
Desde las épocas del Peronismo dorado de Faustino Sarmiento donde se aniquilaba al ser despreciable del indio, y luego al peronismo plateado de los años 30' en argentina donde lo plateado consistía en los sables de la policía montada que cortaba las espaldas curtidas por el sol de los proto peronistas que anhelaban conquistas sociales como: jubilaciones y comer alimentos no engusanados, luego en los 40' con el nacimiento de nuestro enviado por Dios, Juan Domingo Perón creó el Domingo como nuevo día en la semana, así Robinson Crusoe hubo descubierto a Lunes, su fiél amigo, para entender que existía aquel día.
Pero nada pudo hacer más despótico al poder, ningún principado maquiavelizado podría haber existido con el poder que en la modernidad dió el CHORIZO al poder de turno. El estado se ha poblado con cerdos y no solo en la cámara baja y la cámara alta del senado, sino en sus carnicerías y sobre todo en los almacenes de cada Partido Político Argentino.
Cada chorizo representa un voto, cada voto en las urnas está lustroso por la grasa que portaba en sus manos aquel votante peronista, grasa de algún chorizo comido sin servilleta.
Si... sin servilleta, estos blasfemos individuos, descamisados eran peronistas hasta la médula y así despedazaban estos Chorizos mandados por Juan Domingo Perón y asi votaron por él, vendieron sus almas por un chorizo, el chorizo de la idea del Justicialismo; comer todos los días un choripan en plaza de mayo, así vivimos hoy: todos los partidos recurren a esta típica choriceada y el retorno a la democracia con Alfonsín solo se explica de una sola manera: La población no pudo aguantar sin comer chorizo durante los 7 peores años de la democracia.
Así concluye esta tesis sobre Democracia y Choriceadas.
(nota: en la foto nuestro camarógrafo se sintió obligado a votar a Cristina Puta de Kirchner pero por suerte no se comió el chorizo)
