Le negaron la eutanasia. Los médicos están obstaculizados legalmente por el estado para practicar la eutanasia activa.
¿Acaso la vida no era “un derecho y no una obligación”?
Quiso migrar a Belgica para que le maten allí. Pero no pudo.
Le propusieron dejarle morir bajo un coma inducido, pero el riesgo de que no muriese en el intento era tan horrible que se negó. El estado y sus integrantes reacios a dar dignidad en la forma de morir de sus ciudadanos y bajo el yugo de la asquerosa religión se lavan las manos.
La burocracia asesina a la humanidad también.