Existe un destino aseguran los entendidos en el tema, aunque el título de entendidos haya sido auto adjudicado por cada uno que lo asegura. Y si tirso tenía que volver al campo con su mujer que lo reclamara, con sus hijos que no quería, entonces así sería por voluntad propia o por voluntad de aquello divino que gobierna en la vida.
El portero y el vigilante... aunque ambos iguales de oficio. Mucha psicología del personaje, del más vulgar sobre todo, porque el mundo está hecho de seres ordinarios que son así por causas extraordinarias, eso justifica que se ahonde en los temas personales ... que en realidad tienen más de social que de otra cosa... porque aquello que era el destino, o la voluntad divina son las caras de la voluntad colectiva de una época, que hizo a los adolescentes del 70 afeminados, a los viejos los eternos antagonistas de las nuevas generaciones, y a los abuelos los ejemplos de todas las épocas.
La vida cambia, la ciudad cambia, crece, migra la gente a ella, y en ese devenir los dos vigilantes creen vivir algo estable, pero que es solo una parte del constante azar en su periplo sobre la tierra.
