3 feb 2009

El día del juicio: Jack Higgins

El padre Colins es un cristiano pedorro que se la pasa de buen samaritano, por suerte viene el personaje principal, un asesino a sueldo que también tiene sus motivaciones ideológicas para rescatar al viejo padre y a una chica que la vé una vez y se enamora de ella aunque le miente y por su culpa matan a un compañero de trabajo suyo que pasaba gente desde Alemania oriental hasta Alemania "libre" .... jo jo.



Sacrilegio! Monjes franciscanos y agentes espías cavan un pozo hasta el castillo alemán pasando debajo del cementerio del pueblo... muertos de antaño dejan de descansar pero también putridos trozos de recientes muertos hacen la tarea una cosa hedionda. Puto Conlin que se la hace el buenito a costa de los demás!.



Si, kennedy es de los buenos y todos tenemos esperanzas que él no pague con su sangre por meterse contra la maldad del mundo comunista (¿?) jaja.

Los Abandonados: Paul Gallico


Jennie Baldrin se queda en mi corazón por siempre, o eso creo, hasta que Peter me hizo entender que ella estaba en todos lados, no solo dentro mío, sino que yo estaba dentro suyo y donde mirase ella rodeaba las cosas llenándolas de encanto, su luz y su hermoso rostro felino.

La novela es una aventura por Londres e Irlanda donde dos gatos abandonados pagan sus boletos en barco mostrando una pila de ratones y ratas cazadas delante la puerta de Mealie, un africano de cabeza fina y anchas mandíbulas, cocinero del barco que cruzaba la costa Londinense hasta Glasgow, el hogar de Jennie.

La soledad y los peligros de la calle, la indiferencia de los humanos y un mundo felino donde como el nuestro hay gatos de todo tipo que prestarán una pata o se interpondrán territoriales protegiendo celosamente su propiedad privada.

La muerte, el abandono, la indiferencia, la crueldad, la piedad y el arrepentimiento son bases de esta novela escrita para viejos inexpertos, que se consideraban antes de tener delante sus líneas, en adultos que sin saberlo añoran finales felices… pero la vida no es feliz. Jennie no era un sueño, era el amor insensato y obstinado de un ser supremo por un niño gato. Y siempre va a existir aunque uno despierte del coma y crea que nunca existió su historia.


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