12 mar 2009

Sacerdotes, Shamanes y Hechiceros

En ciertos pueblos cualquier miembro de la sociedad puede dirigirse directamente a la divinidad para pedirle sus favores o rendirle culto; pero es mucho más frecuente que existan sacerdotes, es decir, hombres especializados en la tarea de celebrar las ceremonias y ritos sagrados y conocedores de las oraciones y fórmulas que más agradan a la divinidad.


Cuando en uno de estos hombres dedicados a establecer contacto entre los seres sobrenaturales y los hombres en general se dan ciertas aptitudes especiales, surge el shamán. El shamán es el hombre que, por lo menos en teoría, establece contacto directo con la divinidad, que frecuentemente toma posesión de él y habla por su boca. EN general suelen ser individuos de sistema nervioso desquiciado; frecuentemente se trata de epilépticos, que caen en trance, tienen visiones y hablan en sueños con distintos tonos de voz.



Muchas veces el shamán es a ala vez el "medicinero" de la tribu, pues se supone que su conocimiento de lose seres sobrenaturales le ayuda a extraer de los enfermos los malignos espíritus de la enfermedad. Otras veces la curación de las dolencias es tarea del hechicero, el cual se especializa en actividades de tipo mágico que nada tienen que ver con un sentimiento religioso; le hechicero, mago o brujo, cree tener poderes sobre las fuerzas sobrenaturales; no es un simple mediador de la divinidad como el shamán, sino que actúa sobre las fuerzas ultraterrenas las altera y modifica. Los hechiceros son frecuentemente muy temidos, pues las fronteras entre la magia blanca y la negra son muy sutiles y casi todos ellos pueden practicar esta última.



Foto: Pigmeo en actitud de extasis; poseido en danza mágica

Religión; Legitimación de un Orden y Supreción de Igualdades

Al constituirse el Ser Humano como un agente religioso, se da por supuesto su pertenencia a una sociedad, niega igualdades entre lo sobrenatural y lo natural, diferenciando los estadios entre la vida y la muerte, lo que es y lo que será.





En diferentes culturas, con diferentes grados de superioridad tecnológica/científica, la religión es constante historicamente en la humanidad, inclusive se sospecha que lo ha sido antes de ser considerada humana del todo.





La religión debe su existencia a los agentes religiosos susodichos. El supuesto contacto con la divinidad varía según la cultura, pero la categorización sobre quienes tienen contacto con la o las divinidades, quienes o que cosas pueden tener procedencia divina, las dictamina otro ser humano que por el poder que le confieren sus pares deviene a ser un jefe espiritual; shaman, hechicero o sacerdote.





Cuanto más estructurada es una sociedad, y sus preceptos se cristalizan en legados escritos, abandonando las vias orales de difusión de la tradición, entonces los shamanes y los hechiceros van desaparecido de europa occidental y sus culturas descendientes en américa directamente prescinden de su existencia. Para eso son suplantadas sus responsabilidades, sus deberes, por el sacerdote.



El sacerdote es una versión de shamán y hechicero pero que bajo la institución religiosa tiende a poseer un poder masivo de disuación para inducir a la masa de población a que adopten los preceptos religiosos ya dictaminados por un orden anterior ya establecido.





El sistema de jerarquización se vuelve con varios niveles, donde cada nivel está más cerca de tener contacto y poseer el bien de o los dioses. Cuando antes estaba la población ordinaria que adoraba a sus dioses y espíritus, y el shamán que era un medium del poder divino (un escalón más arriba del resto) y luego si era un hechicero, mago o brujo que hacía de lo divino parte de sus poderes y así cambiaba el medio, actualmente eso se ha suprimido y solamente queda el espíritu de abyección ante la "presencia de dios".





Los curas no pueden determinar cuando o como será un milagro, pero lo esperan ardientemente.




Si antes se rendía respeto y homenaje al shamán, al médico brujo, o al mago, actualmente se respetan a los distintos niveles de religiosos (cristianos en este caso), donde el más alto nivel es el "enviado de dios en la tierra". Este sistema de castas desiguala a los seres humanos y genera una costumbre que es la del "espíritu gregario" hacia la subordinación y de no tomar riendas por el cambio a mano propia.





En la foto se nota que las diferencias etnicas o de pigmentación de la piel se han dejado de lado, luego de siglos de discriminación, difamación contra los negros y campañas de exterminio y esclavisamiento del habitante africano, dentro de las sectas episcopales. La jerarquía hace que un ser humano se arrodille ante otro que se deja besar como símbolo de "respetos aceptados".

Religión Como Sumisión y Magia Como Instrumento de Control. El Tabú, Manifestación de lo Mágico o Sobre Natural: Definición

Religión y Magia:



Lo que distingue la religión de la magia es la actitud que adopta el hombre frente a las fuerzas sobrenaturales que le rodean; si su actitud es de humildad, de sumisión y veneración, se trata de religión, pero si el hombre cree que mediante determinadas prácticas puede influir, modificar e incluso sojuzgar a las fuerzas sobrenaturales, se trata de magia. (Religión nota aparte)


Los procedimientos mágicos constituyen una especie de seudociencia; el hechicero , como el científico, cree que sus conjuros o fórmulas producirán invariablemente el resultado deseado, pero su método es pura fantasía. Cuando la magia es efectiva suele deberse a puro azar o bien a sugestión psicológica.



Ver Shamanes Sacerdotes y Hechiceros



Magia negra o Hechicería:



Es la magia que tiene por objetivo alcanzar fines maléficos. En tal caso el hechicero emplea sus poderes para lograr que las fuersas sobrenaturales se manifiesten en forma negativa. Mediante fórmulas, conjuros y actos ceremoniales, el brujo domina las fuerzas del mal y las canaliza en la dirección deseada.



Ver Shamanes Sacerdotes y Hechiceros



El tabú:



Es una consecuencia del sobrenaturalismo y constituye una forma de magia negativa. Las gentes creen que si no se abstienen de realizar determinados actos, o de tocar ciertos objetos, grandes males caerán sobre ellos. Todos los pueblos observan tabús, que consisten en la abstención de ciertas comidas o de cazar determinados animales, bañarse en aguas que suponen embrujadas o transitar parajes frecuentados por espíritus del mal.



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